Sombra

Siempre fiel.

Muchas veces esquiva, a menudo distorsionada… Marca la hora hasta el anochecer y sólo con la oscuridad descansa.

Me acompaña a todos lados.

Sigue mis pasos y me resulta imposible desengancharla de la suela de mis zapatos.

No se queja, aunque la pise. No se cansa, de que la mire… Pero llevamos tanto tiempo juntos que, muchos días, ni me acuerdo de que existe.

¡Bendita sea mi sombra!